Nuestras competencias y conductas están entroncadas de forma inseparable con nuestras creencias y valores.
Las creencias ya fueron objeto de un artículo en este blog, desde la perspectiva de cómo sustituir las que nos limitan por otras que nos impulsan y empoderan.
(ver: creencias que provocan carencias)
Los valores están ubicados en un nivel lógico algo superior a las creencias. Un ejemplo:
Valor: El respeto
Creencia asociada (entre otras posibles): “Si respetas a los demás, serás respetado”
Competencia relacionada (entre otras posibles): La escucha de calidad
Conducta relacionada (entre otras posibles): Presto atención a los demás cuando me hablan y me muestro abierto a sus puntos de vista.
A diferencia de las creencias, los valores son todos positivos.
Simplemente se tienen o no.
Pero la ausencia de ciertos valores en el ámbito del liderazgo provoca grandes ineficiencias en la gestión (véase cualquier periódico cualquier día, sección política nacional, por ejemplo)
La buena noticia es que se pueden incorporar valores, y también cambiar el orden de importancia que tienen para nosotros (lo que llamamos la escala de valores)
Así pues, desde mi punto de vista y sin que esta lista signifique una ordenación por grado de importancia (eso lo decides tú), algunos valores clave del líder son:
- Coherencia: Entre lo que se piensa, dice y hace. Este valor es uno de los más ausentes en el panorama actual (político, especialmente)
- Humildad: Sin su equipo, el líder no es nada.
- Logro: Cuando un equipo logra sus resultados, es más fácil que la moral esté alta. Eso sí: manteniendo el equilibrio entre la orientación resultados y la orientación personas.
- Generosidad: El líder está al servicio (ojo: no a merced) del equipo, y no al revés. Conocer lo que necesitan para realizar su trabajo con más eficiencia y calidad, y no ser miserable en la asignación de recursos. He visto más de una vez cómo se desmotivaba a una plantilla por ahorrar unas monedas, recortando en cosas necesarias, y luego dilapidando en chorradas.
- Respeto: Cada persona, por el simple hecho de serlo, merece ser respetada.
- Justicia: Ver vídeo (2´30´´). Lo explica perfectamente.
- Honestidad: integridad, sinceridad, etc.
- Perseverancia: Tesón, no abandonar antes de tiempo.
- Compromiso: Si el líder no está comprometido con “la causa”, ¿cómo va a estarlo su equipo?
- Entusiasmo: Ligado a lo anterior, desprender esa energía que contagia e inspira a los demás.
- Positividad: Filosofía “¡se puede!” (sin perder de vista lo negativo, que también existe y hay que gestionarlo, pero poniendo el foco en lo positivo)
- Responsabilidad: Evaluar antes de tomar decisiones y afrontar sus consecuencias (dar la cara cuando son malas). Hacer lo que hay que hacer. Planificar para crear un escenario de trabajo ordenado y coherente. Etc.
…Y manejar sin restricciones las 3 palabras mágicas: Gracias, perdón y por favor.
¿Están estos valores en tu lista?
¡Gracias por leernos y compartir!
