Cómo Superar Etapas De Malos Resultados

Todo profesional de la venta (y de otras actividades) atraviesa alguna etapa de malos resultados. Y si hasta ahora no te ha ocurrido, es solo cuestión de tiempo.

Hasta los más afamados vendedores (¡sobre todo ellos!) han pasado por esos momentos. Forma parte del juego. 😉

Mirando hacia atrás, y con la perspectiva que nos dan el tiempo y la distancia, creo sinceramente que pasar por estas experiencias nos brinda una oportunidad de crecer, de salir de nuestra zona de confort y de hacernos más fuertes, aportándonos un aprendizaje que nos empodera para el futuro.

Pero el día a día es duro cuando los resultados no llegan. Lo sé.

La tentación de buscar soluciones desesperadas o pociones mágicas es grande cuando necesitamos obtener con urgencia unos cuantos “Sí, quiero”. . . 

Pero no las hay:

-Si forzamos cierres antes de que sea el momento adecuado, transmitimos una ansiedad a los clientes que provoca desconfianza y rechazo (¡justo lo contrario de lo que necesitamos!), o nos aparecen objeciones que podríamos haber anticipado -y tratado adecuadamente-, para llegar al cierre de forma natural.

-Perdemos posicionamiento ante nuestros interlocutores (“¡est@ tip@ está desesperad@!”)

-Nos conformamos con conseguir “mínimos”, cuando podríamos haber hecho ventas mayores y/o mejores si hubiéramos actuado con menos vehemencia.

-Y lo poco que vendemos así, después -muy probablemente- se transforma en incidencias, devoluciones, anulaciones, bajas, etc. de los clientes conseguidos bajo ese estado de presión.

¿Cómo podemos enfrentarnos a esas etapas y superarlas?

1# Para empezar, recuerda todas las consecuencias que acabo de describir, y que a veces olvidamos.

2# Aférrate a los pensamientos y mentalidad adecuados para hacer bien este trabajo

(ver entrada: 7 pensamientos imprescindibles para ser buen comercial)

3# Visualízate  a ti mism@ en alguna situación en la que hayas actuado relajad@, sin ansiedad ni prisas por vender (algún periodo en el que has tenido muchas -y buenas- ventas, por ejemplo, y hacías cada llamada o visita sin la presión de tener que vender sí o sí)

Conéctate con esa sensación de fluir, de disfrutar con lo que haces. Ese es exactamente el estado mental que necesitas.

Ahora más que nunca.

4# Pon la atención exclusivamente en aquello que depende de ti. Lo que no, no lo puedes cambiar. Acéptalo y sigue con lo tuyo. . .

5# Mantente firme con la metodología de trabajo que dominas y que siempre te ha ido bien. No te traiciones. No dudes de ti.

Lo que está demostrado que funciona, seguirá funcionando (mientras las circunstancias sean las mismas, claro), y perder la confianza en ti y en lo que sabes es un terrible error.

6# Si el problema radica en que las circunstancias de mercado han cambiado y te tienes que reciclar. . . deja a un lado la auto-suficiencia y busca el acompañamiento de un buen profesional.

Si encuentras a la persona adecuada, el tiempo y dinero que destines al proceso siempre será una inversión rentable.

7# En paralelo a lo anterior, busca apoyo en los que te rodean. Comerse esto solo no es sano.

Algún compañero, familia, amig@s. . . cualquier persona de tu entorno que te apoye en ese momento, te dé alguna sugerencia, o simplemente te escuche, te ayudará para ampliar la visión sobre lo que estás pasando.

(¿Y el jefe?. . . pues depende de cómo sea! Él ya sabe que vas mal, si no te está dedicando tiempo y apoyo. . .pfff)

Compartir lo que sentimos y ponerlo en palabras libera ansiedad, aporta perspectiva y suele redimensionar a la baja el problema.

Y no nos hace más débiles ante los demás, sino más humanos.

8# Vigila tu lenguaje corporal, y si observas que estás cabizbajo, con hombros caídos, espalda encorvada, tez pálida y semblante taciturno. . . ve al médico!

No. Es broma.

Echa un vistazo a este artículo que escribí hace algún tiempo pulsando aquí. Al final hay un vídeo muy revelador sobre cómo influye nuestro lenguaje corporal en nuestro estado de ánimo. . .

Sí, has leído bien: Igual que el estado de ánimo influye en el lenguaje corporal, ¡¡también funciona al revés!!

9# Por último: ¡¡Dale duro!! Trabaja, trabaja y trabaja.

“Mantente ocupad@ haciendo y no preocupad@ pensando”

Muchas gracias por tu tiempo, por leernos y por compartir!