7 pensamientos imprescindibles para ser buen comercial

Los pensamientos determinan los comportamientos, y estos, los resultados que obtenemos en la vida, tanto personal como profesionalmente. Por eso, en esta entrada comparto contigo los 7 pensamientos imprescindibles que te servirán para consolidar una mentalidad de éxito en la actividad comercial.

1 Yo no solo vendo. Soluciono problemas, cubro necesidades y mejoro situaciones.

La venta es solo un medio. Realmente, lo que hace un/a vendedor/a es ser un vehículo para que las personas o empresas obtengan beneficios. ¡Y eso es para sentirse muy orgullos@!

¿Vendes seguros? Ayudas a las personas a protegerse y proteger a los suyos. ¿Vendes coches? Ayudas a otros a desplazarse con seguridad, confort, etc. ¿Vendes flores? Iluminas con hermosos colores y fragancias las vidas de los demás…Y así con todo.

2 Creo firmemente en mi producto/marca/empresa.

Esto enlaza con el punto anterior. Hay que creer en la profesión que tienes, pero también en la empresa que te respalda, la marca que representas y el producto que vendes.

Solo así podrás ponerle pasión al trabajo que realizas. Con pasión disfrutas de lo que haces, lo transmites y los resultados son mucho mejores. Si no crees en alguna de esas tres cosas… es momento de reflexionar.

3 La gente, en general, mola!

Todos hemos tenido enfrente a un cliente complicado. Pero… ¿Son todos? ¿No te estarás quedando con las  experiencias negativas puntuales como si fueran la norma?

La mayoría de la gente es amable, cordial y educada, sobre todo si nosotros lo somos también. Y si aún teniendo esa conducta recibimos una respuesta brusca y soez… que se lo miren con su terapeuta!

4 Siempre hay alguien dispuesto a comprar, solamente hay que encontrarlo.

Constancia y perseverancia. Aunque sea por estadística, si tocas muchas puertas seguro que alguien te compra. Está claro que con la práctica y la formación en técnicas de venta conseguirás más resultados con menos esfuerzo, pero eso llegará con el tiempo.

5 Una puerta no es mala ni buena, solo es una puerta.

Nunca sabemos quién o qué hay detrás de cada puerta o número de teléfono al que llamar. Así que… ¿Por qué desestimarlo? Para muestra, una anécdota de cuando Steve Jobs era un chaval:

«Quería construir un frecuencímetro y necesitaba algunos componentes, así que cogí el teléfono y llamé a Bill Hewlett, gracias a que aparecía en el listín telefónico de Palo Alto. Él contestó el teléfono y fue muy amable. Conversó conmigo unos 20 minutos. No me conocía en absoluto, pero terminó dándome algunas piezas y me consiguió un trabajo de verano en la línea de montaje de frecuencímetros de Hewlett-Packard.”

Efectivamente: ¡Solo había que intentarlo!

La mayoría de los mortales, si se nos cruza esa idea por la cabeza, la censuraríamos de inmediato: “¿Qué tontería es esa de llamar a Bill Hewlett? ¡No me va a atender ni en sueños!”

6 Sé más de MI producto que nadie

Dando por sentado que realmente te has empollado bien aquello que vendes, no importa el nivel de la persona con la que vayas a tener una entrevista.

Tú eres un/a expert@ en eso que vendes y vas a saber responder a las preguntas que te puedan hacer.

Puede que tu interlocutor/a sepa mucho del sector, pero de TU producto sabes más tú. Además, es un chollo encontrar a un experto que te forme gratis! Aprovecha la ocasión y hazle hablar.

“Ya, pero ¿Y si me hacen la pregunta del millón?” Pues tomas nota, consultas con alguien más experto que tú en tu empresa y respondes lo antes posible a tu cliente.

“Pero, podría perder la venta si no respondo en el momento”. Ya sería mala suerte, pero: Sí, podría ocurrir.

En cualquier caso, ya sabrás la respuesta si te lo vuelven a preguntar. 😉

7 No vender forma parte del proceso de vender

¿Qué esperas? ¿Vender siempre? ¿A todos? Eso no pasa. El “no” es parte de tu trabajo, y hay que convivir y llevarse bien con él. Aprende de cada venta no conseguida y olvídala lo antes posible.

«Piensa en los errores no forzados en el tenis: Un jugador que se queda anclado mentalmente en el fallo cometido pierde los puntos siguientes.»

Quédate solo con el aprendizaje, no con la frustración. Revisa qué paso, qué fue inherente a tu gestión y qué no. No caigas en la fácil excusa de que la razón por la que no se vendió  fue ajena a ti.

A veces lo será y a veces no, a veces habrá un poco de cada, pero siempre podrías haber hecho algo mejor. Esto es lo que realmente importa: ¿Cómo lo vas a hacer la próxima vez?

Para finalizar, una perla:

gandhi

Gracias por leernos y compartir!